¿Ofendido? Perfecto, ese es el objetivo (y te explico por qué)

Muchos vendedores van pisando huevos, cuidando cada palabra, temiendo que alguien se ofenda. Y no les culpo; todos hemos estado ahí. Al final, ¿quién quiere arriesgarse a que el cliente se moleste y huya? Parece sensato, ¿no?

Pero, espera, porque aquí viene la paradoja: resulta que, en ventas, a veces la mejor manera de conseguir algo es justo lo contrario. Sí, estoy diciendo que ofender —bueno, no de la forma en la que imaginas— puede ser una de las mejores estrategias de ventas.

1️⃣ Decir la verdad (aunque incomode)

Los buenos vendedores son como ese amigo que te dice que el traje que llevas te queda mal aunque sea de tu color favorito. Esa incomodidad que genera un mensaje honesto y directo suele quedar en la mente. Te guste o no, las verdades crudas son difíciles de olvidar.

No quiero decir que vayas insultando a tus clientes, claro, sino que seas tan sincero que incluso los incomodes un poco. Diles lo que necesitan escuchar, no lo que esperan. Ese vendedor que dice «este producto no es para cualquiera» está atrayendo más curiosos que el que lo endulza para que suene perfecto.

2️⃣ La falsa neutralidad vende poco

Si intentas agradar a todos, acabarás agradando a nadie. ¿Te ofende? Lo siento, pero es así. Si buscas que tus ventas sean sólidas, tienes que tomar posición, y eso incluye a veces irritar a unos cuantos. Te van a recordar más si eres directo y te mantienes fiel a un mensaje, aunque a algunos les moleste.

Así es, el “cliente siempre tiene la razón” no aplica aquí. Si ofreces algo en lo que crees y lo defiendes, lograrás que aquellos que se identifiquen contigo quieran comprarte. ¿Lo demás? Déjalos seguir buscando, que no son tus clientes.

3️⃣ A veces hay que provocar para conectar

En una era donde todos intentan caer bien y vender suavemente, el valor de un mensaje auténtico y sin censura crece. La gente ya se da cuenta cuando un vendedor está endulzando su mensaje para caer bien. Pero, ¿qué pasa cuando llega alguien y dice la verdad a la cara? Se genera conexión, aunque algunos se incomoden.

Ser “políticamente correcto” para no incomodar puede ser una buena estrategia para el que vende palomitas en la entrada de una peli infantil, pero para ti, que tienes algo único que vender, hay mejores caminos.


Conclusión: Haz que te recuerden, aunque te miren mal

Ser recordado no es fácil, y a veces, hay que hacer sacrificios. Puedes tratar de caer bien, de no ofender a nadie… y ahí te quedas, en la memoria de ninguno. O puedes ser el vendedor que se atreve a incomodar, a hacer pensar, y a llevar la verdad por bandera, aunque no todos quieran escucharla.

¿Quieres vender o quieres agradar? Porque a veces, es difícil hacer ambas cosas.